¿Te ha pasado que por más que te esfuerces en intentar algo terminas obteniendo más de lo mismo o mejoras un poco pero no lo que tu quisieras o crees que podrías?
Al menos a mí y a muchos que conozco nos ha pasado que aunque intentemos varias veces conseguir algo y/o hagamos las cosas de diferentes maneras, al final no conseguimos el cambio que queremos. Entonces, ¿Qué podemos hacer?
Antes de darte mi respuesta a esto, quiero contarte algo: Cada uno de nosotros es una persona constituida por muchos elementos que en conjunto hacen que seamos quienes somos. Estos elementos son por ejemplo: la forma de hablar y de expresarse, las emociones, el cuerpo, la historia y la cultura del país de origen, la historia familiar, las diferentes experiencias de vida, entre otros. Y aunque compartamos o tengamos en común algunas de estas cosas con otras personas, ciertamente (y espero coincidas conmigo en esto) cada uno es diferente y ve el mundo de forma distinta a los demás, así, cada uno de nosotros es lo que llamamos un observador distinto.
Hay una frase que dice: “si haces siempre lo mismo, solo obtendrás más de lo mismo”, si analizamos esto en términos del observador que cada uno es, podemos decir que una persona que ve el mundo de cierta manera, al enfrentarse a un desafío X (del tipo que sea: personal, familiar, laboral, social, etc.) decide realizar ciertas acciones para hacerse cargo y con esto obtiene ciertos resultados. Si la persona realiza siempre las mismas acciones es de esperar que la mayor parte del tiempo obtenga los mismos resultados o al menos similares.
Hace algún tiempo ya, vengo escuchando una frase que parece proponernos una solución para conseguir eso que tanto queremos: “ si quieres resultados diferentes, debes realizar acciones diferentes”. No sé ustedes, pero yo les confieso que a mi me encantó la frase, la compartí en mi facebook porque me pareció motivante y empecé a tratar de enfrentar eso que tanto me costaba o me desafiaba haciendo cosas diferentes, con mi mayor esfuerzo y mi mejor actitud y sucedió que en la mayoría de los casos no obtuve los resultados que quería, obtuve mas o menos lo mismo de siempre. ¿ Que ocurrió?
Pues acá sucede que, la persona, que es un observador único del mundo, enfrenta el desafío X con determinadas acciones que lo llevan a determinado resultado, si el resultado no es el deseado entonces desde el observador que es, elige realizar nuevas y diferentes acciones, y ocurre que aún con el cambio, obtiene más de los mismos resultados. Es importante hacer notar que la persona elige nuevas acciones sí, pero lo hace desde el mismo observador, el observador no ha cambiado. Desde el mismo observador, hay que tener en cuenta que la elección de nuevas acciones, aunque sean diferentes, todas se están eligiendo desde la misma perspectiva inicial.
Podrías decirme que cada vez que una persona falla en un intento ya sabe qué cosas no funcionan y qué podría mejorar para un siguiente intento. En ocasiones resulta que, efectivamente encontramos posibilidades para hacer las cosas mejor y en otras ocasiones (la mayoría en mi caso y en el de muchos que conozco) simplemente no nos llegamos a dar cuenta de qué es lo que no funciona o qué es lo que necesitamos aprender para obtener eso que queremos. Y acá, te pido que pienses más allá de realizar una actividad (cocinar, estudiar, arreglar una puerta, etc), piensa también en eso que no nos resulta a nivel de relaciones personales o familiares, de esas metas que tenemos desde hace años y que no hemos podido concretar por diferentes razones aunque nos las propongamos una y otra vez, en fin, piensa en todo eso que no te permite estar bien en la vida.
Sin cambiar el observador, una persona puede pasarse la vida intentando con nuevas acciones viendo si alguna le da el resultado que quiere, quizás en el camino desista en sus esfuerzos por enfrentar el desafío o lo enfrente con las acciones que le dieron los mejores resultados dentro de lo que pudo. Finalmente ninguno de estos caminos le dará el bienestar que desea.
Y acá estamos de nuevo en el mismo punto con el que iniciamos ¿qué puedo hacer entonces para obtener resultados diferentes?
Es probable que con lo que hemos visto hasta ahora la respuesta sea evidente: Hay que cambiar el observador. Modificar el observador no se trata de que venga otro y diga que hacer, ya que con esto podrían al menos ocurrir dos situaciones: que sí se obtengan resultados diferentes y que no sean los satisfagan a la persona que enfrenta el desafío si no los que satisfacerían a la otra persona que dijo que hacer, o bien que los resultados que obtengan sean satisfactorios, sin embargo como no salieron de la persona que enfrentaba el desafío entonces cada vez que vaya a enfrentar un nuevo desafío necesitará que otro le diga como resolverlo, con lo cual no solo existe la posibilidad que los resultados no sean los que realmente busca sino que será dependiente de otra persona para resolver.
Aclaro que no estoy diciendo que pedir ayuda o consejo a otros esté mal, pedir ayuda en determinadas situaciones puede abrirnos posibilidades para estar mejor, pero depender siempre de otros para actuar nos cerrará muchas posibilidades en la vida.
Entonces, ¿como puedo cambiar el observador que soy? ¿es posible hacer esto? lo primero que quiero decirte es que el observador que somos cambia constantemente conforme vamos acumulando experiencias en la vida, ya habrás visto que lo que fue un desafío para ti cuando tenías 15 años, quizás ya no lo es ahora que tienes 25 años, 30, 60 años, y que como decimos popularmente, las experiencias de vida “te han hecho madurar”, pues esto no es otra cosa que cambiar o ampliar el observador que somos. Sin embargo, este proceso de cambiar el observador puede tomar años, puede ser en grado diverso y va a depender de muchos factores y eventos que te pueden o no suceder en la vida y aún así para algunos desafíos el cambio de observador podría ocurrir tarde o no ocurrir por sí solo durante la vida entera.
Si ante esto te surge la pregunta: ¿es posible cambiar de otra forma el observador que somos y empezar a hacerlo ahora mismo?la respuesta es sí, es posible, y te lo digo porque lo he experimentado y lo he visto en otros.
El coaching es un espacio en el que podemos ampliar y/o cambiar el observador y empezar el camino que nos lleva a descubrir que es aquello que nos hace falta aprender para estar mejor en la vida. El coach certificado es la persona que tiene las competencias para acompañar a otro en este proceso de aprendizaje, proceso que incluye los que se consideran los 3 grandes componentes del ser: el lenguaje, las emociones y el cuerpo.
Si te interesa que te acompañe a empezar a darte cuenta del observador que eres y a ampliar la perspectiva descubriendo qué podrías aprender desde estos 3 componentes: lenguaje, emociones y cuerpo, te invito a que sigas las diferentes publicaciones que estaré compartiendo periódicamente. Además, si lo deseas, puedo trabajar contigo en sesiones 1 a 1, para conversar de diferentes temas que te estén inquietando, podemos hacerlo tanto de forma presencial como on line. Para más información me puedes escribir a mi correo aimeeviviana@gmail.com, envíame un mensaje a través de mi página en facebook Mística Coaching, o bien déjame tus dudas y/o comentarios abajo de esta publicación, te estaré respondiendo a la mayor brevedad.
Hasta la próxima!
