Me entristece el alma ver y reconocer que a estas alturas de la historia de la humanidad, sigamos viendo tanta violencia entre los seres humanos y más me duele cuando esta violencia está asociada (y hasta según algun@s justificada) al racismo.
Creo que no es casualidad que las últimas frases que pronunciara George Floyd antes de morir asfixiado, con la rodilla de un policía presionando su garganta al piso, repitieran una y otra vez las palabras “no puedo respirar» (I can´t breathe). Para mí sus palabras son reflejo de lo que nos está pasando como sociedad:
⛔️No podemos respirar porque estamos ahogados de contaminación en el medio ambiente. No respiramos las personas, no respiran los animales, ni siquiera los que están en el agua pues ahí también está contaminado.
⛔️No podemos respirar porque estamos ahogados en deudas, muchas de ellas producto de una economía basada en el consumo de cosas que no necesitamos, pero que nos hicieron creer que las necesitábamos para ser felices. Peor aún, muchos más están ahogados en las deudas para cubrir a duras penas sus necesidades básicas.
⛔️ No podemos respirar, estamos ahogados en trabajos con jornadas extensas y sueldos que no reconocen el esfuerzo entregado, trabajos donde el requisito para ser contratado es “tener capacidad para trabajar bajo presión”.
⛔️ No podemos respirar porque hay un virus en el ambiente y si respiramos libremente nos podemos contagiar así que nos piden (obligatoriamente) que tenemos que usar mascarilla con lo que respiramos una y otra vez el mismo aire que exhalamos. Los que se enferman gravemente necesitan ventilación mecánica porque no pueden respirar por sus propios medios y aún con este soporte muchos están muriendo.
I can’t breathe… No puedo respirar.
Sin respirar la gran mayoría de seres vivos no podemos vivir… Nos está faltando aire, de diferentes modos: físicamente, emocionalmente, espiritualmente.
Yendo un poco más allá de que el aire y la respiración nos dan el aporte de oxígeno que permite la vida, quiero compartirles que el aire es un elemento de la naturaleza que representa el poder de explorar, crear, cambiar, jugar. El aire nos conecta con la flexibilidad, el asombro, la liviandad, la alegría y el entusiasmo… ¡Tremenda pérdida en nuestras vidas cuando nos falta aire!.
Permitámonos entonces respirar… es natural, más aún, es vital. Y de nuevo hago alusión a salir del ahogo físico y también del metafórico. Defendamos el derecho de respirar libremente, el nuestro y el de todos y hagámonos cargo de lo necesario para lograrlo.
Finalmente, no puedo terminar este escrito sin manifestar mi rechazo absoluto al racismo, que está asociado al hecho que me motivó a escribir esta publicación. George Floyd no merecía morir de la forma en que lo hizo. Su caso está apenas en investigación e independientemente de que él haya hecho algo que ameritara o no su detención, la forma en que murió para mí es repudiable, indignante.
Ibram X. Kendi, autor del libro “Como ser un antirracista” dijo lo siguiente:
<< Declararse como “No soy racista” no es lo mismo que declararse “Soy antirracista”. Lo primero es neutral y permite que perseveren las inequidades raciales. La neutralidad de llamarse no racista es una máscara del racismo.>>
¡Qué fuerte y qué claro!
Lo sumo a las palabras de Desmond Tuto: “Si permaneces neutral en una situación de injusticia, entonces estás del lado del opresor”.

