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La importancia para tu salud y bienestar de distinguir entre hechos e interpretaciones.

¿Has notado que no todas las personas reaccionamos o nos afectamos de la misma manera ante una misma situación? Más aún, ¿Has notado como tú mism@ puedes reaccionar de forma diferente ante una misma situación que te ocurrió en momentos diferentes de la vida?

Veamos un ejemplo de una situación que tiene que ver con la salud:

Imaginemos a dos personas que experimentan los mismos síntomas físicos, van al médico y son diagnosticadas con la misma enfermedad: hipertensión arterial. Para una de ellas, recibir el diagnóstico es una alerta que ve como una oportunidad para tomar medidas y cuidar su salud con el objetivo de revertir la situación y evitar mayores complicaciones. En cambio, para la otra persona, el mismo diagnóstico es una noticia a la que no presta mayor importancia, pues sus padres y tíos también son hipertensos, y decide entonces no hacer nada al respecto pues está convencida de que no es para tanto, que no hay nada que hacer para cambiarlo.

De esta forma, un mismo hecho, en este caso un diagnóstico, es interpretado de manera diferente por dos personas. Ahora bien, ¿cuál de las dos interpretaciones es correcta? Pues ninguna está bien o mal, simplemente son distintas formas de percibir o interpretar la misma situación, ambas son válidas y capaces de abrir o cerrar posibilidades.

Esto tiene que ver con que cada experiencia consta de dos elementos: los hechos y las interpretaciones que les atribuimos.

Los hechos son eventos, situaciones o datos objetivos y verificables. Son observables, medibles y existen independientemente de nuestras percepciones o creencias. Además, los hechos son consistentes y pueden ser confirmados por múltiples fuentes. Por ejemplo: «está lloviendo», «mi peso es de 60 kilogramos», «me diagnosticaron hipertensión arterial».

Por otro lado, las interpretaciones son las percepciones y significados subjetivos que les damos a los hechos. Están influenciadas por nuestras experiencias pasadas, creencias, valores y emociones. Las interpretaciones pueden variar de una persona a otra, ya que cada individuo tiene una perspectiva única. Por ejemplo, una misma situación puede ser percibida como «maravillosa» por alguien, mientras que otra persona puede considerarla «terrible» o «complicada».

Esta distinción es relevante, ya que a menudo confundimos los hechos con las interpretaciones, creyendo que estas últimas forman parte de los hechos. Sin embargo, las interpretaciones no pertenecen a los hechos, sino a la persona que las realiza.

Y aquí está la clave: los hechos son objetivos y no se pueden cambiar, pero las interpretaciones, al ser subjetivas y personales, sí pueden modificarse. Si nos detenemos a considerar otras interpretaciones o explicaciones posibles, podemos sorprendernos al descubrir nuevas perspectivas.

Esta comprensión es valiosa en todos los ámbitos de la vida y por supuesto que esto incluye al ámbito de la salud, ya que nuestras interpretaciones ante los hechos que tienen que ver con nuestra salud y bienestar pueden afectar nuestras emociones y actitud, nuestras decisiones de tratamiento y nuestra relación con los profesionales de la salud, entre otros.

Es importante tener en cuenta que, siempre somos nosotros quienes con nuestras interpretaciones sobre los hechos estamos abriéndonos o cerrándonos posibilidades en la vida. Y, también puede suceder que las interpretaciones de otras personas influyan en cómo percibimos nuestra situación. Sin embargo, hay que tener claro que, ya sean propias o de otras personas, las interpretaciones siempre serán eso: interpretaciones, no son la realidad.

No vemos las cosas como son, las vemos como somos nosotros.

Anaïs Nin

Por lo tanto, la próxima vez que te encuentres ante una situación desafiante en tu vida que afecte tu bienestar o tu salud, te invito a reflexionar sobre las interpretaciones o explicaciones que le estás dando. ¿Estás considerando todas las posibilidades? ¿Hay otras explicaciones o formas de ver la situación que podrías explorar? Al cuestionarnos y estar abiertos a diferentes puntos de vista, podemos enriquecer nuestra comprensión de los hechos, fomentar una comunicación más efectiva con otras personas y tomar decisiones más informadas. Así, podemos crear una «realidad» distinta, una que nos brinde mayor bienestar.

En conclusión, los hechos son como los cimientos sobre los que se construye nuestra realidad, mientras que las interpretaciones son los filtros a través de los cuales los percibimos. Al reconocer esta diferencia y fomentar una mente abierta, podemos transitar mejor por las diferentes experiencias que nos trae la vida y esto incluye los desafíos de salud.

¡Espero que este artículo te haya brindado una nueva perspectiva sobre la diferencia entre hechos e interpretaciones!

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¡Hasta pronto!

1 comentario en “La importancia para tu salud y bienestar de distinguir entre hechos e interpretaciones.”

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